Al aliento divino, la ceniza
Vuelve a la vida que tuvo en la cruz:
Vuelve a la vida que tuvo en la cruz:
Ahora al polvo que vino del fuego
El Espíritu Santo troca en brisa.
Aleteante signo, sacude el alma.
Nube caricia. Quieta. Dulce en mente,
Hoy Cristo pone su dedo en mi frente
Bajo esa Luz, hoy nace una sonrisa.
***
Escrito por Juan José Rodríguez, que también a veces padece de aires de poeta.
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Se acerca la feliart no sabrás como que escritores vendrán, porque el año pasado estuvo buena solo que si fue pésimo las cancelaciones de varios y la ultima de lidya Cacho que la gente la esperaba para que cerrara la Feliart.
ResponderEliminarSeria bueno que la gente escogiera o pudiera votar por que escritores vinieran para que sea más de un interés colectivo y se tenga una participación mayor de la gente.
pues sobre el poema pues no comento nada porque soy ateo consolidado.
No hay presupuesto para traer a Stephenie Meyer (Crepusculo), Rhonda Byrne (El secreto) o J. K. ROWLING (HARRY POTTER); lástima, esto del asunto colectivo es algo que se lee muy bello escrito, pero en la práctica sólo queda en bellas inteciones. De todos modos, habría que preguntarse si la gente votaría por los escritores o por las figuras públicas; en fin. Mi idea es la contraria: traer escritores y editoriales no muy populares (las autonombradas independientes –pero no Conaculta-), y en cuanto al impacto, la palabra lo describe bien: El impacto es sólo un golpe cuya marca el tiempo desaparecera; el impacto mediatico de la feria procede igual. Tal vez habría que mirar a otros lugares más imaginativos: escritores haciendo talleres de un día, pláticas de editores, acuerdos con librerías de viejo.
ResponderEliminarEn cuanto a los escritores, desconozco oficialmente, aunque se de algunos amigos míos convocados. En su momento, los organizadores los darán a conocer. La verdad no participo en la organización de dicha feria.
ResponderEliminarLas figuras públicas se han vuelto una plaga en las ferias del libro a nivel nacional. Puede ser positivo que un grupo de señoras vayan a ver a Lolita Ayala presentar el libro "Mami, quiero una mascosta" y oigan de pasadita el discurso de Paco Taibo, pero a la larga, demasiadas ferias se vuelven más un espectáculo de mercadotecnia, al modo de algunas editoriales.
Por el lado de los editores independientes, estoy de acuerdo. Aunque no tanto de dejar fuera CONACULTA. No por lo oficial, ya que el acervo de ellos es muy bueno, como la coleccion Cien del Mundo, donde hay autores internacionales de alto nivel que no se consiguen fácilmente, incluso en su idioma original.
UN SALUDO!
Sólo fue un error de dedo; omití la palabra "de" en –pero no (“de”) Conaculta-; quiero decir que son editoriales independientes pero apoyadas por un órgano del Estado. Pienso en Tumbona. El concepto de editorial independiente en México es hilarante en el vecino del norte.
ResponderEliminarAh, ya entendí. Un amigo mío - izquierdoso él, por cierto - me decía que unas de las pocas editoriales independientes, en ese sentido y dedicadas a la literatura, han sido la ya desaparecida Costa Amic y Jus, donde publicaba Marco Antonio Almazán y la mayoría de los escritores que asumían el catoliscimo como algo más que un credo... ¿Curioso, no?
ResponderEliminarAntes que conteste Juan José Rodríguez siempre esta el mismo cagazon de siempre contestando. Los que mencionas tú de autores son internacionales, se que aquí el presupuesto no alcanza o se lo tranzan que son las dos vertientes. De que sirve que traigan autores que nadie conoce si la gente no asiste mejor que lo hagan así para que siga pareciendo una feria desolada que hay más gente en la machado en un fin de semana que los días de la Feliart y los que a la gente le parecen interesantes pues les cancelan a la hora de la hora.
ResponderEliminarNo es de traer artistas a presentar sus “libros”, pero sin embargo, seria bueno que viniera gente que este escribiendo actualmente y sea interesante para la gente o que sea igual que el carnaval una cochinada de elenco artístico nomás por que fueron los artistas que quiso ver la esposa del Presidente.
Ah, mi anodino (digo anónimo) amigo, no te desvíes en desgarraduras de ungüentos como argumentos: ¿De que sirve una feria del libro? Según tú, son espectáculos del pueblo donde se deben escuchar aplausos de focas apenas si sale una cara conocida. Lo siento, no me di a explicar; error mío otra vez; lo diré despacio: la vida literaria es solitaria por definición. No son dos o tres sino una mente la que se conecta con lo leído. Puede haber hechos que contradigan lo que digo: la lectura en voz alta. Pero no hablo del acto social sino del acto íntimo, aquel que en aislamiento se conecta con el mundo. La vida de libros puede trascender en la charla de bellas experiencias solitarias. Pero la cháchara culta no sustituye el libro; o más no debería. La simulación de lo leído es rentable en prestigio literario (reseñando libros no leídos), prestigio social (asistiendo a charlas y cócteles) o incluso prestigio político (campañas de lectura improvisadas). Que mejor manera de certificar a un hombre leído que en la página de sociales. Que mejor manera de certificar a un pueblo culto que por sus ferias, conferencias, talleres y programas de lectura. Lástima que la lectura sea un acto solitario y no una acumulación curricular. Que lástima que el espectáculo para la cultura sea inútil sino es íntimo y personal; lástima que los espectáculos sean más rentables como simulación que como vida literaria (leyendo en la intimidad del ser). La desolación puede ser silenciosa o escandalosa: mayor número de gente en la feria sólo hace simular un interés por la lectura, pero de nuevo, es sólo desolación disfrazada. En las grandes concentraciones de gentes ya no se distingue entre la plática y el ruido; lo mismo ocurre en las ferias: ya no se distingue entre la plática jugosa y las murmuraciones por lo novedoso. Si la feria atrae anualmente a un grupo pequeño pero seguro, si anualmente se renueva aunque sea en pequeño número los seguidores de la feria, el objetivo se habrá cumplido a largo plazo. Sacrificar la intimidad de la feria (y a ese pequeño grupo de seguidores) no supone que las multitudes se vuelvan lectores; pero asegura un número elevado de asistentes por medio de la simulación de la literatura: el libro pasa a segundo plano cuando hay prestigio social de por medio.
ResponderEliminarNo dudo de la lucidez de tus palabras (“el mismo cagazon”, “o se lo tranzan”, “cochinada de elenco”), y tú mismo eres una misma muestra de la intelligentsia popular: majadería y desmesura anónima. Pero sería bueno que empezaras ha distinguir entre lo grandioso y lo grandototote (diría Ibargüengoitia). El espectáculo se traga fácil. Pero hay ciertas cosas que necesitan ser digeridas con el gozo del sosiego.
Buen argumento, el cual no me convence del todo pero es respetable, quizás ya lo leíste el libro ¿Qué leen los que no leen?, te lo recomiendo. Si mis palabras te ofendieron perdone estimado Manuel, solo que siente el individualismo en todo tu discurso es muy respetable.
ResponderEliminarSiento que eres estudiante o maestro de la UAS, siento esa ideología muy radical.
soy estudiante de Derecho yo.
"¿Qué leen los que no lee?" Es un homenaje indirecto a una gran obra: Los Demasiados Libros de Gabriel Zaid. Al leer a Domingo Argüelles (el autor de "¿Qué leen...")se omite lo Zaid dejó tácito: escribir sólo libros que tenga algo que decir (y leer los autores que tengan algo que decir). Para decirlo sin miedo a los sentimentalismos: Leer más no es leer mejor (Apasionadamente, estimulado e inspirado); en "A la sombra de los libros", Fernando Escalante demuestra la materialización de esta omisión: Hay más lectores que nunca, pero son lectores ocasionales: Les da lo mismo sacar la basura del ombligo que leer un libro. Para Argüelles esto es normal: Lo importante es leer, no trascender en lo leído. Pero omite la principal idea de Zaid, omite la genialidad del libro en el último párrafo de uno de sus ensayos:
ResponderEliminar"¿Qué demonios importa si uno es culto, está al día o ha leído todos los libros? Lo que importa es cómo se anda, cómo se ve, cómo se actúa, después de leer. Si la calle y las nubes y la existencia de los otros tienen algo que decirnos. Si leer nos hace, físicamente, más reales"
No importa qué y cuánto se lea: lo que importa es ser reales. Pero esto no lo explicó Argüelles. Entonces la idea que queda es que leer es lo mismo que sacarse los mocos siempre y cuando te sientas bien. El imitador de Zaid pensó que del gusto se derivaría la intimidad lectora. Erró. Sí, soy de la UAS. Sí, soy estudiante. Sí soy individualista; Pero yo no creo en las ideologías: son palabras comodín que intentan explicar el todo por la nada en la ambigüedad de los términos. No, no soy radical: soy heteróclito.
Interesante la discusión que hemos generado. A finales de los 80s, el Dr. Arturo Santamaría, hoy defensor del lector, se lamentaba de la falta de polémicas sobre temas culturales en los diarios locales. Ahora, ante este diálogo sostenido aquí, quisiera tomarle como un indicio de que hemos comenzado a madurar.
ResponderEliminarLas ferias del libro no siempre garantizan la verdadera difusión de la lectura. Con el tiempo se vuelven constumbre, como el acceso a 50 canales de televisión por cable, que al principio es novedad y luego, rutina e indiferencia. Hacen falta herramientas de promoción constantes y que la actividad se mantenga en las aulas de las primarias. La lectura es secreta e íntima, pero a veces necesitamos compartir con alguien ese eco que no puede salir de nuestra mente. Veremos que sucede en esta edición...
Tuve una gran charla con el defensor del lector, sobre el poco espacio que otorga Noroeste a lo cultural y más al medio del espectáculo. Pero antes de todo el periódico es una empresa y lo que busca son sus intereses.
ResponderEliminarCreo que faltan espacios donde se puedan debatir cosas, creo que es algo que le falta mucho a la facultad de Ciencias Sociales, creen que los profesores lo saben todo y son como Dioses inalcanzables y superdotados de conocimiento. Pues maduran los que quieren Juan José porque muchos siguen siendo seres pasivos, que esperan que todo se lo den en las manos.
Pues tú conoces a la gente que estudia una licenciatura Juan José como Ciencias de la comunicación, no tienen el placer por leer y pues no les interesa lo cultural mucho que digamos. Roman M. no se que estudies te falto ponerlo, pero si no me falla también eres de comunicación, como este sujeto que esta escribiendo.
Un placer platicar por este medio, aunque con diferentes puntos de vista que es lo que hace mas interesante esto.
En forma de Misiva, sólo como colofón a lo ya dicho: Sí, soy de la facultad de ciencias sociales, y peor todavía: también soy estudiante de comunicación. El tema de mi idiosincrácia académica me apasiona. Sólo unos detalles:
ResponderEliminar1.- Según he visto, (preguntado y leído) falta algo básico: empresarios culturales. Que los medios, empresas o grandes figuras no presten atención a lo considerado cultura o sólo como escaparate, no es un signo de muerte, degradación o apocalipsis: es un signo de torpeza. De incultura. Pero no de los empresarios sino de los interesados. Pedir a otros que realicen los proyectos personales es descabellado; pero no se piensa así cuando se quiere imponer los proyectos (de cultura) a otros para que los realicen: establecer una agenda para que los empresarios apoyen la cultura. La incultura empresarial en los hombres considerados cultos se manifiesta como un romanticismo ramplon: se debe de apoyar más a la cultura, es la llave del futuro, detendra la violencia y nos hara mejores personas. Pero pocos invierten su dinero, tiempo, energia o vida en la llave de nuestro futuro. Los negocios no se contraponen a la cultura; la incultura sí. Debemos resignarnos a ser incultos en aquello que nos es indiferente; tal vez ese sea el secreto detrás de la cultura empresarial: nos preocupa la cultura pero no su manofactura. Cedemos la responsabilidad a los cultos en los negocios. ¿No es indiferente el negocio de la cultura?
2.- Las, “universidades críticas y contestatarias” –pero oficiales- (Sic) como la UAS y más espeficamente, como la FACISO, son resultado del trauma del 68 pero en fin, no es el lugar ni el momento para extenderme en corajes; ya mande mi opinión a la cuasi lenista –aunque bien intencionada- EntorNos; veamos que pasa.
Curiosamente,CONACULTA y en su momento el INBA, han intentado meter a la IP a la cultura, pero por diversos motivos no han podido en mayor grado. Un poco actividades como los Pueblos Mágicos o Museos de Sitio (ejemplo el Museo del Tequila o el Museo del Vidrio en Zacatecas) son intentos de que la labor cultural tenga un eco o un aval de la vida económica. Pero las finanzas y el nivel cultural de nuestra clase media no han permitido que exista un público masivo y constante.
ResponderEliminarEn Monterrey me tocó ver qué la IP apoya mucho; incluso hay un premio de pintura que el Premio es una residencia de dos meses en la Ciudad de las Artes, un espacio cultural ubicado en Francia.
Las universidades públicas, desde que se inventó el CONACULTA en la época de Salinas, cada año reciben menos dinero para la actividad cultural. De hecho, en el futuro solo será interna y ligada a los programas educativos. Es un proceso en marcha en todo el país. En los ochentas se podía traer a Viola Trigo o Gabino Palomares; cada vez se complica más hacer eventos masivos.
En cuanto lo del espacio que destina Noroeste a la cultura, quisiera comentar qué, por parte del diario, procuran no dejar fuera de las notas informativas y las reseñas a todos los eventos culturales que se hacen en el puerto, algo que en verdad a mi me consta... Quizás algunos de ustedes se refieren a que desean ver más espacios para creación o ensayos, pero no olvidemos que Noroeste esencialmente es un periódico informativo y esa es su misión primordial.
Nos seguimos leyendo!
que tiene que ver el m iercoles de ceniza con lo que dicen?
ResponderEliminarLa verdad, nada. Simplemente subi un poema sobre al fecha y de ahí, con los amigos lectores que comentan en este espacio, pasamos a hablar del estado de la literatura en el puerto y el país. Digamos que es parte de la tertulia.
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