Tiene razón Román en su comentario: quizás a muchos no nos molestó tanto que quitarán el Canal 22 de la programación del cable, si no el hecho mismo de que nos los borraran de la barra de buenas a primeras, sin pensar que fuésemos a extrañar su falta.
A nadie le agradó saberse incluido en esa inmensa mayoría que es feliz viendo canales de música o aquellos con contenidos que no exigen demasiado análisis o reflexión.
Pero como decía mi amiga Buba, una simpática escritora serbia, si vivimos en una sociedad dominada por la cultura pop o el deporte, y si sentimos que eso nos frustra, también la culpa es nuestra: tanto porque no hacemos nada por cambiarla o, al menos, no lo intentamos en lo íntimo y lo inmediato de nuestra esfera personal... Todos podermos encerramos en la torre de marfil, esa que siempre permite la lectura y el goce del arte.
Aunque a como están los tiempos y la realidad, más nos valdría tener un Torreón de Márfil, pero bien defendido de los acosos y bombardeos del mundo bizarro que ahora nos toco vivir. ¿Ya vieron las bolsas del mundo, cayendo más veloces que Alicia en el foso del País de las Maravillas?
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