Yo me fumo dos puros al año. Y son Cohíba. Uno en noviembre, que me regala el arquitecto de Monterrey Jorge González Neri. Otro en marzo, regalo del arquitecto Alejandro García Villalón, más conocido como Virulo.
Más que un vicio, fumar esos puros equivale a la visita anual al Monumento del Soldado Desconocido. He sido un derrotado en las filas del tabaco. Soy como esas damas que se embriagan sólo en Navidad y en las bodas… O aquellos vegetarianos que se comen una hamburguesa cada tres meses a escondidas de su esposa y los hijos.
Me dice Virulo que la hoy popular Niurka es en realidad un invento igual de mexicano que la torta cubana: nadie las conoce en Cuba. A la torta cubana le celebramos su generosidad de carnes. A Niurka, su papel en “Aventurera”.
Antes que Niurka, tuvimos otra artista cubana como personaje de nuestra cultura popular. No tenía la silueta de una vedette del cine mexicano; pero, viéndola bien, su cuerpo es muy similar a la estructura anatómica de las modelos de hoy, tiempos de la anorexia y abulia del bolo alimenticio.
Me refiero a Fanny Kauffman “Vitola”, la genial comediante que aplaudimos no sólo en las películas de Tin Tan, sino que incluso hasta cumplió el reto de interpretar a una imposible mamá de Pedro Infante en “También de dolor se canta, donde la vemos como esposa de Óscar Pulido y a Pedro de maestro de escuela y “estrello” de cine”.
(Para mayor confusión familiar, su futura esposa Irma Dorantes, entonces de 15 años de edad, personifica a su hermana latosa e ingenuota).
Vitola no es cubana de nacimiento: nació en Toronto y su familia vivó antes en una de las regiones más remotas de Canadá, en el poblado de Churchill, sitio perdido en una bahía más intricada que el trazo de una hoja de maple. Alguna vez viajé por las carreteras del norte de Canadá y me tocó ver ese sitio en el fin del mapa.
No es el único símbolo tropical del cine mexicano nacido en páramos boreales donde la nieve es cosa de todas las vidas. Yolanda Montes, “Tongolele”, nació en Spokane, región fronteriza de Canadá y Estados Unidos. A la fecha no habla español con corrección y se hizo amiga muy cercana de Tin Tan porque él hablaba inglés con fluidez. Me dice Virulo que Tongolele nunca estuvo en Cuba.
Vitola es tan cubana como su apodo. Los mexicanos de a pie consideramos al puro un genérico, pero los cubanos, que lo ven como medicina y tampoco conocen el chile habanero, tienen más presentaciones de tabaco que las variedades mexicanas de salsa. Vitola es el nombre de un puro alargado que quizás en algo recuerde a la silueta de esta diva. También se le llama así al molde que forma un puro y a la anilla que lo asegura y de paso, evita que nos manchemos de nicotina.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra vitola -sin mayúsculas - ha tenido con el tiempo estos significados: 1.- Plantilla para calibrar balas de cañón o de fusil. 2.-Regla de hierro para medir las vasijas en las bodegas. 3.- Cada uno de los diferentes modelos de cigarro puro según su longitud, grosor y configuración. 4.- Traza o facha de una persona… O sea que vitola también es la regla de oro para pedir un puro o medir el aspecto físico de una persona.
Uso la palabra Diva sin temor a cometer una descortesía, ya que doña Fanny Kauffman fue cantante de ópera y dejó de hacerlo cuando vio que la gente se reía al momento de prorrumpir en un aria: así eran de chistosos los gestos nacidos de su esfuerzo vocal. Vea usted “El rey del barrio”, donde Tin Tan se finge maestro de ópera para sonsacarle dinero y ella interpreta un aire que arranca los elogios de Germán Valdés, quien finge hablar italiano: “¡Bela, bela, belísima! Hasta parece una vela”.
Encendimos por ella un puro y también, una sonrisa como vela.